Cuando la física se convierte en salvadora del océano｜Descifrando el avance científico de CircularBlue

¿Alguna vez te has preguntado por qué, en las estaciones de tren de alta velocidad o en el metro, es obligatorio permanecer detrás de la línea amarilla?
Cuando un tren pasa a 300 km/h, el aire que circula a gran velocidad a su alrededor genera instantáneamente una diferencia de presión tan fuerte que puede “empujarte” hacia las vías.
En realidad, no es una aspiración: es la presión atmosférica la que te impulsa.

Lo que muchos no saben es que CircularBlue aplica exactamente este mismo principio científico para limpiar los océanos: el Principio de Bernoulli.

¿Qué es el Principio de Bernoulli?
En el siglo XVIII, el matemático suizo Daniel Bernoulli demostró que cuanto mayor es la velocidad de un fluido, menor es su presión.

¿Te parece abstracto?
Tu aspiradora lo demuestra cada día: su motor genera un flujo de aire a gran velocidad, la presión dentro del conducto cae y la presión atmosférica empuja el polvo hacia el interior.

Un pulverizador de perfume funciona igual: al presionar, el aire rápido crea una zona de baja presión en la entrada del tubo; la presión atmosférica empuja el líquido hacia arriba y la boquilla lo convierte en niebla.

En todos los casos, es la diferencia de presión la que produce este efecto de “empujar-tirar”.

Un principio sencillo, con aplicaciones infinitas.

1. Paso 1: Crear una diferencia de velocidad en el agua
   
   • Los inyectores en la base de la plataforma proyectan un chorro constante.
   • Este chorro genera una clara diferencia de velocidad con respecto al agua circundante.
   

2. Paso 2: La diferencia de presión genera empuje
   
   • Según el Principio de Bernoulli, esa diferencia de velocidad produce una variación de presión.
   • Esa diferencia genera una corriente direccional natural.
   

3. Paso 3: Los residuos avanzan automáticamente
   
   • Drones aéreos con IA identifican y localizan los desechos.
   • Barcos de superficie los conducen hasta la zona de empuje.
   • La corriente diferencial empuja los residuos directamente hacia bolsas de recolección.
   
   

Tres ventajas clave derivan de este proceso:

• Máxima eficiencia energética – aprovechar las diferencias de presión del agua consume mucha menos energía que los sistemas mecánicos tradicionales, reduciendo significativamente los costes.

• Respeto al ecosistema – sin maquinaria pesada que interfiera, la fauna marina circula libremente, a diferencia de los métodos convencionales.

• Autonomía total – la estructura simple reduce al mínimo los riesgos de fallo y los costes de mantenimiento.

En 1903, los hermanos Wright utilizaron el Principio de Bernoulli para lograr el primer vuelo motorizado de la historia, inaugurando la era de la aviación.
Hoy en día, los motores a reacción siguen basándose en este principio para reducir los viajes intercontinentales de meses a solo unas horas.
En medicina, los respiradores lo emplean para salvar vidas mediante diferencias de presión.

Ahora, CircularBlue aplica ese mismo principio —el que revolucionó el cielo y la medicina— a un nuevo frente: salvar el océano.

Cada gran avance que cambia el mundo confirma una verdad constante: las respuestas nunca han estado fuera de nuestro alcance. Ya estaban ahí, ocultas en las leyes físicas que siempre hemos conocido.
Miradas desde otro ángulo, esas leyes revelan posibilidades infinitas.
CircularBlue es la prueba viviente de ello.