Punto de inflexión: de crear el mejor producto a crear un mejor planeta

Al principio, como muchas marcas, nuestro enfoque era “crear el mejor producto del mercado”. Nuestro primer lanzamiento fue el protector de pantalla más resistente del mercado, que tuvo gran aceptación. Poco después, llevamos esta tecnología a las fundas de móvil, ampliando nuestra línea de productos y generando un impulso de crecimiento constante.

Pero junto al éxito, surgió un problema que no habíamos previsto: los residuos.

Cada vez que se lanzaba un modelo nuevo, las fundas de modelos anteriores quedaban olvidadas. Los almacenes se llenaban de cajas de stock, y cualquier pequeño error en la planificación o gestión de inventario hacía que estas cantidades aumentaran. Al final, muchas fundas terminaban desechadas en masa, condenadas a ser basura.

Fue en ese momento cuando nos dimos cuenta de que habíamos caído sin darnos cuenta en un ciclo de “fast fashion”.

¿Por qué estas fundas acababan en la basura?

En aquel momento utilizábamos el proceso de doble moldeo, común en la industria, que combina plástico duro y blando para mejorar la resistencia y absorción de impactos. Esta técnica aumentaba la protección, pero hacía imposible separar los materiales al final de su vida útil, convirtiendo casi todos los productos en residuos irreciclables.

Este problema no era exclusivo: toda la industria de fundas se centraba en producción y ventas, sin considerar cómo gestionar el final de la vida del producto.

Algunos competidores infrarreciclaban las fundas para usarlas como relleno o pavimentación. Otros las suprarreciclaban, transformándolas en obras de arte o productos de mayor valor.

Pero estas soluciones eran parches posteriores, no planes integrales desde el diseño. Solo gestionaban la basura, sin eliminarla realmente, y no reducían el impacto ambiental del plástico.

Cuando toda una industria produce fundas de móvil destinadas a no ser reciclables, el volumen de producción anual equivale prácticamente al volumen de residuos plásticos futuros. Los datos recientes muestran que esto representa la cantidad de plástico que cabría en 80 aviones Airbus completamente cargados cada año.

Para salir de esta trayectoria, presionamos el botón de reinicio y reimaginamos nuestro futuro.

En ese entonces, redefinimos la dirección de la marca: no solo queríamos crear buenos productos, sino crear productos que sean neutrales para el planeta.

Durante siete años hemos explorado materiales, diseño y fabricación, analizando cada etapa del ciclo de vida de nuestros productos y su impacto ambiental. Hemos probado bioplásticos y plásticos biodegradables, pero descubrimos que solo solucionaban el problema a corto plazo y no cumplían con las múltiples funciones de una funda: incluso podían generar nuevos problemas ambientales.

Finalmente, comprendimos que la solución no está en cambiar el material, sino en crear un ciclo cerrado.

El plástico no es el problema; el problema es cómo lo gestionamos. Si conseguimos que sea un material reciclable indefinidamente, puede convertirse en un recurso valioso.

En 2024 lanzamos CircularNext, una funda monomaterial basada en nuestros principios, sin generar residuos y 100 % reciclable. Esta funda innovadora permite reciclar completamente el material y reintroducirlo en el proceso de fabricación, estableciendo un nuevo estándar de sostenibilidad en la industria.

Este avance nos permitió ampliar la visión más allá de los accesorios de móvil, abordando la gestión integral del plástico. Con el enfoque y la tecnología adecuados, el plástico puede transformarse en un recurso reutilizable de manera infinita, como el agua en la naturaleza.

RHINOSHIELD se compromete a seguir impulsando la revolución del plástico implementando soluciones concretas y escalables para que el plástico sea un recurso, no un residuo.

Únete a nosotros para cambiar la percepción, mejorar la gestión del plástico y construir un futuro más sostenible. Haz que el cambio sea real.