Testimonio LGBTQ+ de Anaïs
Mi nombre es Anaïs, soy una francesa de 30 años de Isla Reunión. Siempre me han apasionado los idiomas, lo que me ha llevado a vivir en varios países como México y China. Actualmente, resido en Taiwán desde hace dos años.
Crecer como un miembro de la comunidad LGBTQ+ fue muy retador para mí. Mi madre no aceptó mi sexualidad, y durante mucho tiempo no tuve su apoyo ni comprensión. Cuando les conté a mis amigos sobre mi orientación sexual, no me creyeron y pensaron que estaba bromeando. Fue una época de soledad y aislamiento, ya que mis padres se sentían avergonzados y decepcionados. Me costó encontrar mi sentido de pertenencia.
Las actitudes sociales hacia las personas LGBTQ+ tuvieron un profundo impacto en mi vida durante mis años de formación. En Francia, cuando expresé mi orientación sexual a la edad de 15 años, el matrimonio igualitario estaba prohibido, y había una falta de representación en la media y la sociedad en general. Me sentí completamente incomprendida y sola, insegura sobre lo que me deparaba el futuro.
Como una persona LGBTQ+, me he enfrentado a diferentes retos y experiencias. A menudo se espera que las personas se ajusten a los estereotipos y suposiciones sobre su orientación sexual o identidad de género. Debido a mi aspecto femenino, me he encontrado con reacciones diferentes al hablar o presentar a mi pareja. La gente se sorprende y cuestiona mi orientación sexual, creando situaciones incómodas. A menudo me sentía como un extraño en un mundo que no me aceptaba completamente.
Mi identidad LGBTQ+ ha influenciado tanto mi vida personal como profesional. Hablar sobre mi orientación sexual con familia y amigos, y navegar por relaciones con otras personas que no entienden o aceptan mi identidad, ha sido un reto a nivel personal. Profesionalmente, me he topado con dificultades, especialmente al considerar oportunidades de trabajo que requieren viajar a países donde las personas LGBTQ+ sufren discriminación y persecución. He tenido que dar prioridad a mi seguridad y bienestar, lo que me ha llevado a rechazar ciertas oportunidades laborales.
En el país en el que vivo actualmente, Taiwán, se han logrado avances significativos con respecto al trato de la comunidad LGBTQ+. El matrimonio igualitario fue legalizado en 2019, marcando un hito en el continente Asiático. Sin embargo, todavía existen barreras legales para personas procedentes de países donde está prohibido el matrimonio entre personas del mismo sexo, impidiéndoles así, casarse con sus parejas taiwanesas.
Para apoyar a la comunidad LGBTQ+, es necesario adoptar políticas y medidas específicas. Eliminar las barreras legales para las parejas internacionales y garantizar un proceso de adopción sin fisuras para las parejas del mismo sexo son pasos esenciales. Espero una mayor aceptación, respeto y derechos para nuestra comunidad, tanto en mi país como alrededor del mundo.
Para quienes luchan con su identidad LGBTQ+ o están siendo discriminados, es importante que sepáis que no estáis solos. La aceptación y el autodescubrimiento toman su tiempo, y está bien ir a vuestro propio paso. Priorizad vuestra seguridad y buscad apoyo de amistades cercanas, familiares o incluso organizaciones LGBTQ+. Vuestra identidad es válida, y hay recursos disponibles para volver el recorrido más fácil.
Los aliados y los miembros de la comunidad LGBTQ+ pueden trabajar juntos para crear una sociedad más integradora y tolerante. Estoy agradecida por aquellas personas que muestran aceptación y ofrecen apoyo emocional. La representación de la comunidad LGBTQ+ debe promoverse a lo largo de todo el año, no solo durante el Mes del Orgullo. Las marcas y las organizaciones pueden marcar la diferencia, mostrando relaciones diversas y celebrando el amor en todas sus formas. La inclusión es una oportunidad para el cambio positivo y la creación de una sociedad en la que todo el mundo se sienta visto, valorado y representado.